Cuando algo en la psicología humana está bloqueado ¿será posible que haya un símbolo que deba ser entendido para que todo fluya otra vez?
El título de la obra que aquí comento, traducido del alemán es "Hombre Universal - signos arquetípicos de la biografía del ser humano". Este es un libro que me ayudó a desentrañar, a lo largo de muchos años de ir rumiando y entendiendo cada vez más su contenido, algunos puntos de mi propia biografía que me parecían imposibles de dilucidar y que me generaban tensiones emocionales aun muchos años después de suceder. Dado que no existe una edición en idioma español, he preparado una serie de artículos en este blog que desarrollen y expliquen las ideas que el autor da con cada signo.
No se debe confundir este libro con un libro de astrología. Universal Man es un libro de psicología escrito por el psicoterapeuta neerlandés Manfred van Doorn, el cual se dejó influenciar de corrientes místicas de Europa y de Oriente. No olvidemos que el misticismo no es “pura fantasía”, sino que se considera aún una fuente de sanación para el alma y la mente. El libro sí habla sobre los signos del zodiaco, pero no de la forma que usualmente la astrología lo hace, como desde las estrellas hacia el hombre. Más bien, este libro mira la realidad simbólica que representan estos signos zodiacales desde la perspectiva opuesta: desde el ser humano y su biografía se recogen en cada uno de ellos (o más bien de cada etapa de su vida) algunas características y aprendizajes que están representadas simbólicamente en los signos zodiacales.
¿Qué son los símbolos?
Los símbolos son formas y figuras, sí, pero más allá de ellas, estas llevan mensajes que están como “encriptados”, como escondidos y protegidos, y que solo pueden ser entendidos si conocemos sus reglas de desciframiento. En la antigüedad, cuando la mayoría de la gente no era formalmente educada, los símbolos eran un lenguaje que solo los estudiados podían entender. Desde el abecedario hasta la hermenéutica, todo pasa por símbolos. Hoy los símbolos están en todas partes y cada vez hay más (y más banales) gracias a las nuevas tecnologías de comunicación, también entendemos cada vez mayor número de ellos (alguien una vez me preguntó por qué todos escriben “X” Y “D” en los comentarios de las redes sociales, y le tuve que explicar que significa una cara sonriente con los ojos cerrados ” xD “), pero los zodiacales, en mi opinión, son de vital importancia, aunque para mucha gente cada vez parezcan más absurdos e incomprensibles. Yo me pregunto: cuando algo en la vida humana está bloqueado, ¿será posible que haya un símbolo que deba ser entendido para que todo fluya otra vez? Este libro dice que sí, que las estrellas y sus símbolos antiguos nos dan pautas universales de la vida. Alejadas de las interpretaciones de los astrólogos para cada individuo, estas lecturas simbólicas están más abiertas a cualquier biografía, y cualquier persona que quiera conocerse mejor, y desentrañar el aprendizaje de estos símbolos.
Así empezamos con Tauro
Tauro como símbolo, es en la biografía del ser humano una etapa de crecimiento, de aparente pasividad, de condensación en la materia y en la costumbre, es rutinario. Tauro, como lo sabemos está representado por el toro, animal fuerte y poderoso, constante y también empecinado. El autor lo relaciona en un primer momento con la etapa de amamantamiento (alimentación) y sostén de la vida del niño. Es el segundo signo, después de Aries, la llama inicial, el nacimiento de todo individuo.
Más tarde en la biografía, la fuerza y constancia que se necesitan para lograr objetivos ya trazados, proviene de la fuerza del toro en nosotros. Esa constancia empieza a formar costumbres.
Algunos atributos del toro (o los bovinos)
El toro se ha relacionado con muchas culturas en la historia: en Oriente fue y es un animal muy respetado; en algunos mitos griegos representó a Zeus; en nuestra era se lo ha asociado a la cultura hispana del toreo.
El toro posee cuernos, que antiguamente se usaban como instrumento para sonar música (el cuerno, antecedente de la trompeta moderna), y también para escuchar mejor. Los bovinos son animales herbívoros que proporcionan alimento: leche, queso, yogurt, carne entre otros. El autor del libro afirma que el oído interno y el sistema digestivo desde la boca hasta el recto son los órganos que representan a Tauro. Como es sabido, el sistema digestivo de los bovinos es uno de los más complejos en el reino animal. Esto tiene que ver con el carácter apacible, dócil y a la vez fuerte del animal. Es un símbolo que representa el estar a gusto en la vida, alimentarse, sentir placer, gozo, comodidad, al nivel que da incluso sueño o ganas de acurrucarse (como en el seno de mamá). Se entiende que estas características de la vida se asocian con la infancia. Obtener esto en la época infantil asegura una buena salud, estabilidad y fortaleza para afrontar las durezas y retos del camino futuro.
Como símbolo el toro aparece en el logotipo de equipos de basketball (Chicago Bulls), en el nombre de Jefes indígenas norteamericanos (Toro Sentado), en canciones populares de todo el mundo Hispanohablante (“El toro y la luna”, “Toro Barroso”) y en estatuas muy famosas y particulares como el toro de Osborne, en España, o el toro de Wallstreet, en Nueva York (interesante es también conocer el trasfondo de estas dos esculturas que tienen que ver con el comercio y las finanzas, ambas actividades que sostienen nuestra manera de vivir).
El aprendizaje de Tauro
El aprendizaje de Tauro aparece en la vida de todas las personas cuando algo nos pone resistencia y hay que trabajar para cambiar esa resistencia. Se necesita armonizar, ser constantes, equilibrar la mente, la vida, las costumbres. Muchas situaciones que recuerdan a Tauro se dan entre padres con hijos pequeños (pero no solamente en esa etapa, también en la adultez): calmar el hambre de un niño, tranquilizar, llevar a dormir con una canción. O al contrario ponerse frente a las rabietas o voluntad destructiva (como lo hace un torero).
El peligro de esta etapa es quedarse empecinado o atrapado en algo indebido, por culpa del poco o nulo entendimiento. Los gustos, los placeres de los sentidos, comer, dormir, holgazanear podrían llegar a ser una trampa y convertirse en vicios olvidando propósitos más elevados. Entonces la energía del toro se dispersa y se pierde, o hay accesos de rabia, de energía descontrolada, como un toro que ataca por no lograr lo que desea.
Este peligro se representa en el mito del laberinto del Minotauro, un monstruo mitad hombre, mitad toro que habita en el laberinto, el cual un héroe (Teseo) debe enfrentar para evitar más sacrificios de atenienses. El laberinto también se halla representado en nuestra fisionomía. Como dijimos arriba, el autor afirma que el símbolo de Tauro se muestra fisiológicamente en el oído interno o laberinto que alberga el aparato vestibular, regulador del sentido del equilibrio, y la cóclea, que forman parte del sistema auditivo. Estos son órganos responsables de nuestra capacidad de equilibrio (Tauro habla de estabilidad).
Para salir del laberinto el héroe utiliza la razón: un hilo proporcionado por una princesa con el que marcará su camino y le permitirá entender de donde viene y hacia donde va. Para la psicología simbólica, todos los personajes de un mito o leyenda, son parte del mismo ser humano, pero en distintas facetas. Así, según esta interpretación, el Minotauro sería la parte que no puede vencer a su estado infantil o animal, empecinada y atrapada en un laberinto y en una espiral, mientras que el héroe sería una parte adulta de la psiquis humana que reconoce su origen y su meta, y que puede romper con costumbres destructivas gracias al hilo de la razón.
En el mito griego, la derrota del Minotauro trae consigo progreso para los atenienses. También el aprendizaje de Tauro tiene este mismo resultado. Según van Doorn poder adentrarse en retos y salir vencedor, requiere de inteligencia (planificación) y constancia, todos atributos que se pueden volver costumbres positivas si se las cultivan regularmente.
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No se debe confundir este libro con un libro de astrología. Universal Man es un libro de psicología escrito por el psicoterapeuta neerlandés Manfred van Doorn, el cual se dejó influenciar de corrientes místicas de Europa y de Oriente. No olvidemos que el misticismo no es “pura fantasía”, sino que se considera aún una fuente de sanación para el alma y la mente. El libro sí habla sobre los signos del zodiaco, pero no de la forma que usualmente la astrología lo hace, como desde las estrellas hacia el hombre. Más bien, este libro mira la realidad simbólica que representan estos signos zodiacales desde la perspectiva opuesta: desde el ser humano y su biografía se recogen en cada uno de ellos (o más bien de cada etapa de su vida) algunas características y aprendizajes que están representadas simbólicamente en los signos zodiacales.
¿Qué son los símbolos?
Los símbolos son formas y figuras, sí, pero más allá de ellas, estas llevan mensajes que están como “encriptados”, como escondidos y protegidos, y que solo pueden ser entendidos si conocemos sus reglas de desciframiento. En la antigüedad, cuando la mayoría de la gente no era formalmente educada, los símbolos eran un lenguaje que solo los estudiados podían entender. Desde el abecedario hasta la hermenéutica, todo pasa por símbolos. Hoy los símbolos están en todas partes y cada vez hay más (y más banales) gracias a las nuevas tecnologías de comunicación, también entendemos cada vez mayor número de ellos (alguien una vez me preguntó por qué todos escriben “X” Y “D” en los comentarios de las redes sociales, y le tuve que explicar que significa una cara sonriente con los ojos cerrados ” xD “), pero los zodiacales, en mi opinión, son de vital importancia, aunque para mucha gente cada vez parezcan más absurdos e incomprensibles. Yo me pregunto: cuando algo en la vida humana está bloqueado, ¿será posible que haya un símbolo que deba ser entendido para que todo fluya otra vez? Este libro dice que sí, que las estrellas y sus símbolos antiguos nos dan pautas universales de la vida. Alejadas de las interpretaciones de los astrólogos para cada individuo, estas lecturas simbólicas están más abiertas a cualquier biografía, y cualquier persona que quiera conocerse mejor, y desentrañar el aprendizaje de estos símbolos.
Así empezamos con Tauro
Tauro como símbolo, es en la biografía del ser humano una etapa de crecimiento, de aparente pasividad, de condensación en la materia y en la costumbre, es rutinario. Tauro, como lo sabemos está representado por el toro, animal fuerte y poderoso, constante y también empecinado. El autor lo relaciona en un primer momento con la etapa de amamantamiento (alimentación) y sostén de la vida del niño. Es el segundo signo, después de Aries, la llama inicial, el nacimiento de todo individuo.
Más tarde en la biografía, la fuerza y constancia que se necesitan para lograr objetivos ya trazados, proviene de la fuerza del toro en nosotros. Esa constancia empieza a formar costumbres.
Algunos atributos del toro (o los bovinos)
El toro se ha relacionado con muchas culturas en la historia: en Oriente fue y es un animal muy respetado; en algunos mitos griegos representó a Zeus; en nuestra era se lo ha asociado a la cultura hispana del toreo.
El toro posee cuernos, que antiguamente se usaban como instrumento para sonar música (el cuerno, antecedente de la trompeta moderna), y también para escuchar mejor. Los bovinos son animales herbívoros que proporcionan alimento: leche, queso, yogurt, carne entre otros. El autor del libro afirma que el oído interno y el sistema digestivo desde la boca hasta el recto son los órganos que representan a Tauro. Como es sabido, el sistema digestivo de los bovinos es uno de los más complejos en el reino animal. Esto tiene que ver con el carácter apacible, dócil y a la vez fuerte del animal. Es un símbolo que representa el estar a gusto en la vida, alimentarse, sentir placer, gozo, comodidad, al nivel que da incluso sueño o ganas de acurrucarse (como en el seno de mamá). Se entiende que estas características de la vida se asocian con la infancia. Obtener esto en la época infantil asegura una buena salud, estabilidad y fortaleza para afrontar las durezas y retos del camino futuro.
Como símbolo el toro aparece en el logotipo de equipos de basketball (Chicago Bulls), en el nombre de Jefes indígenas norteamericanos (Toro Sentado), en canciones populares de todo el mundo Hispanohablante (“El toro y la luna”, “Toro Barroso”) y en estatuas muy famosas y particulares como el toro de Osborne, en España, o el toro de Wallstreet, en Nueva York (interesante es también conocer el trasfondo de estas dos esculturas que tienen que ver con el comercio y las finanzas, ambas actividades que sostienen nuestra manera de vivir).
El aprendizaje de Tauro
El aprendizaje de Tauro aparece en la vida de todas las personas cuando algo nos pone resistencia y hay que trabajar para cambiar esa resistencia. Se necesita armonizar, ser constantes, equilibrar la mente, la vida, las costumbres. Muchas situaciones que recuerdan a Tauro se dan entre padres con hijos pequeños (pero no solamente en esa etapa, también en la adultez): calmar el hambre de un niño, tranquilizar, llevar a dormir con una canción. O al contrario ponerse frente a las rabietas o voluntad destructiva (como lo hace un torero).
El peligro de esta etapa es quedarse empecinado o atrapado en algo indebido, por culpa del poco o nulo entendimiento. Los gustos, los placeres de los sentidos, comer, dormir, holgazanear podrían llegar a ser una trampa y convertirse en vicios olvidando propósitos más elevados. Entonces la energía del toro se dispersa y se pierde, o hay accesos de rabia, de energía descontrolada, como un toro que ataca por no lograr lo que desea.
Este peligro se representa en el mito del laberinto del Minotauro, un monstruo mitad hombre, mitad toro que habita en el laberinto, el cual un héroe (Teseo) debe enfrentar para evitar más sacrificios de atenienses. El laberinto también se halla representado en nuestra fisionomía. Como dijimos arriba, el autor afirma que el símbolo de Tauro se muestra fisiológicamente en el oído interno o laberinto que alberga el aparato vestibular, regulador del sentido del equilibrio, y la cóclea, que forman parte del sistema auditivo. Estos son órganos responsables de nuestra capacidad de equilibrio (Tauro habla de estabilidad).
Para salir del laberinto el héroe utiliza la razón: un hilo proporcionado por una princesa con el que marcará su camino y le permitirá entender de donde viene y hacia donde va. Para la psicología simbólica, todos los personajes de un mito o leyenda, son parte del mismo ser humano, pero en distintas facetas. Así, según esta interpretación, el Minotauro sería la parte que no puede vencer a su estado infantil o animal, empecinada y atrapada en un laberinto y en una espiral, mientras que el héroe sería una parte adulta de la psiquis humana que reconoce su origen y su meta, y que puede romper con costumbres destructivas gracias al hilo de la razón.
En el mito griego, la derrota del Minotauro trae consigo progreso para los atenienses. También el aprendizaje de Tauro tiene este mismo resultado. Según van Doorn poder adentrarse en retos y salir vencedor, requiere de inteligencia (planificación) y constancia, todos atributos que se pueden volver costumbres positivas si se las cultivan regularmente.
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